Mensaje en la apertura de la Conferencia Regional que se realizó en Comayagua, Honduras, el 29 de noviembre.

«Es un honor para mí estar aquí como presidente de la Alianza Cooperativa Internacional, compartiendo estas jornadas con tantos amigos y amigas de este continente del que, por supuesto, también soy parte y desde donde propusimos, juntos, hace más de 6 años, una plataforma que permitiera a la ACI estar más cerca de sus miembros, dinamizar la gobernanza, abrir espacios a los sectores, comités, redes, regiones…

Y, fundamentalmente, que posicionara a nuestra organización madre a nivel mundial como un actor protagónico de los principales desafíos globales.

Creo humildemente que hemos hecho una gran tarea en ese sentido y, a pesar de todo lo que aún nos falta por hacer, es claro el reconocimiento que hoy recibimos, y que se expresa por ejemplo en la reciente iniciativa de Naciones Unidas, de declarar al año 2025 nuevamente, como fue en 2012, como Año Internacional de las Cooperativas.

Quiero felicitarlos y felicitarnos porque este tipo de declaraciones no son mero simbolismo.

Son hechos concretos que nos ponen en primer plano a nivel internacional, para seguir profundizando nuestra Identidad y fortalecer nuestra tarea en un escenario global por demás complejo.

Donde lamentablemente volvemos a vivir una fuerte inestabilidad geopolítica, donde la paz está siendo mancillada por conflictos armados en distintos territorios, donde persisten desigualdades inaceptables en materia de acceso a bienes básicos para la vida de millones de personas, donde no logramos revertir los procesos que dañan el ambiente y ponen en peligro a la Naturaleza y a la vida misma de la especie humana, entre otras especies, en nuestro planeta.

En este contexto es que, hace algunas semanas, el secretario general de Naciones Unidas ponderó a nuestro modelo socioempresarial como promotor del Desarrollo Sostenible en sus tres dimensiones: social, económico y medioambiental, contribuyendo a la inclusión social y la erradicación de la pobreza y el hambre.

Su informe sobre las cooperativas en el desarrollo social destaca cuatro recomendaciones clave a los Estados, a saber:

  1. Consolidar el ecosistema empresarial cooperativo a niveles locales, nacionales y regionales, integrando a distintos actores y fijando marcos normativos favorables a su desarrollo.
  2. Fomentar la investigación y generación de datos que permitan diagnósticos certeros sobre el aporte de las cooperativas al desarrollo económico y social y a los objetivos de Desarrollo Sostenible.
  3. Integrar a las cooperativas en los planes nacionales de desarrollo y en los procesos de presentación de informes sobre los ODS, en las consultas nacionales sobre políticas sociales y económicas y en los exámenes nacionales voluntarios presentados al Foro Político de Alto Nivel sobre Desarrollo Sostenible.
  4. Proporcionar análisis de políticas, apoyo técnico y asistencia para el desarrollo de capacidades con el fin de promover el crecimiento continuado de las cooperativas para la consecución del Desarrollo Sostenible.

Quiero reafirmar que este protagonismo que hoy tenemos en ámbitos específicos de Naciones Unidas y que el propio secretario general y la asamblea general ratifican, es en gran parte resultado del trabajo que cada uno de ustedes realizan día a día en sus organizaciones, dialogando con distintos actores públicos y privados, mostrando un crecimiento sostenible de cara a cada asociado, e integrando el trabajo en distintas instancias, como son las regiones de la Alianza Cooperativa Internacional.

América desempeña un rol fundamental en este sentido, y por eso quiero agradecer la labor de cada uno de los dirigentes que componen el Consejo de Administración, liderado por la querida colega y amiga Dra. Graciela Fernández Quintas, así como el de los referentes de cada organización miembro, que hoy están presentes en esta Vigésimo Tercera Conferencia Regional.

Este es un continente, particularmente, marcado por desigualdades que la pandemia dejó al desnudo, que aún hoy nos obligan a redoblar esfuerzos.

Como americano, comparto plenamente el triple enfoque que propone esta Conferencia, en busca de intercambiar ideas, de realizar propuestas y de consolidar alianzas que nos impulsen a poner la Economía definitivamente en manos de las personas y al servicio de cada comunidad.

No podremos revertir los dramáticos índices de pobreza e indigencia, de falta de vivienda, de migraciones forzosas, de deterioro ambiental, de brechas de género, de precarización del empleo… sino discutimos a fondo, junto con los gobiernos y otros actores públicos y privados, cuál es el sentido de la Economía como práctica social que debe administrar los recursos disponibles de manera sostenible.

Las cooperativas son un modelo de organización económica, como sabemos, capaces de ser al mismo tiempo eficientes desde el punto de vista del crecimiento económico, y absolutamente responsables desde la óptica de la sostenibilidad social y ambiental.

No lo hacemos desde hace solo algunos años.

Nuestra Agenda de Desarrollo Sostenible data de dos siglos atrás, cuando trabajadores, consumidores, productores, entendieron que asociándose bajo la premisa un socio= un voto, podían constituir empresas donde el capital fuera puesto al servicio de la reproducción de la vida, y no al revés.

Hoy, el mundo ha cambiado, pero los desafíos no son tan distintos.

Millones de mujeres y hombres, de niños, de jóvenes, de ancianos, no pueden tener una vida digna porque la economía a escala global, en nuestra región y en muchos de nuestros países es un dispositivo dominado por la especulación, el egoísmo y la acumulación. 

Si no cambiamos esa matriz, difícilmente podremos construir un futuro donde nadie quede afuera y donde nadie quede atrás.

Tenemos que animarnos a poner en valor los dos siglos de probada trayectoria de nuestro modelo socio empresarial y a dejar bien claro que una economía sostenible es una economía controlada por las personas, que promueva el bienestar social y que cuide el ambiente.

En una época donde la innovación constante parece ser la premisa, no olvidemos que Nuestro Modelo es la Mayor Innovación Social de la era moderna, que está vigente luego de 200 años y que ha sabido atravesar guerras mundiales, cracks financieros, catástrofes ambientales y vaivenes de todo tipo.

Y, más importante aún, debemos tener muy en claro, que para enfrentar los Desafíos del Futuro se necesitan herramientas que le den a las personas la posibilidad de vivir dignamente, en un entorno seguro y sostenible, pudiendo realizarse individualmente en comunidades que también se realicen.

Así es como lo están entendiendo las Naciones Unidas y distintos actores del escenario internacional, así es como lo están entendiendo muchos gobiernos, como nuestros anfitriones hondureños, que nos abren hoy la puerta para esta Conferencia Regional, y así es como debemos comprenderlo, expresarlo y llevarlo a cabo en cada localidad, en cada nación, en cada región y a nivel mundial.

Contamos con la ACI, nuestra Casa Común, que representa e integra a un movimiento conformado por más de mil millones de personas de todos los continentes.

Contamos con Cooperativas de las Américas, órgano regional que integra a todo el cooperativismo del continente y que es un pilar de esta Casa Común del cooperativismo del mundo.

Contamos con el esfuerzo, la convicción y la pasión de los cooperativistas americanos para seguir construyendo un mundo más justo, un mundo solidario, un mundo en paz.

Queridos amigos y amigas, estoy seguro de que esta Conferencia, con cada uno de los valiosos paneles, con cada uno de los distinguidos exponentes que tendrá, con la participación de más de mil colegas de todo el continente, nos permitirá enriquecer nuestra mirada, nos recargará de energía y nos llenará de optimismo de cara a lo que tenemos por delante.

Soy un convencido del poder que tenemos, y no tengo miedo ni vergüenza de usar esa palabra: tenemos poder, el poder de transformar día a día la vida de millones de personas, a través de organizaciones que hacen de la Economía una práctica comunitaria, solidaria, eficiente y sostenible.

Llegó el momento de transformar ese poder en acción, para multiplicar el alcance de nuestra tarea y para avanzar definitivamente hacia un Mundo Mejor, ese Mundo mejor que queremos, ese Mundo Mejor que necesitamos, ese Mundo Mejor que nos merecemos.»