Discurso de apertura del 33° Congreso Cooperativo Mundial, que se llevó adelante en Seúl, República de Corea, del 1 al 3 de diciembre.
«Queridos amigos, queridos colegas, representantes del cooperativismo de los cinco continentes.
¡Bienvenidos al trigésimo tercer Congreso Cooperativo Mundial!
Me siento profundamente honrado de poder darles la bienvenida a este Congreso, un Congreso que será histórico por muchas razones, pero fundamentalmente porque buscará compartir aprendizajes y construir nuevas propuestas parar profundizar nuestra Identidad Cooperativa en un Mundo atravesado por un escenario aun crítico e incierto en términos sanitarios, económicos, sociales y ambientales.
En primer lugar, quiero compartir el doloroso dato de que la pandemia, en apenas dos años, ha provocado más de 5 millones doscientas mil muertes en todo el planeta.
Por los seres queridos, por los colegas, por los asociados de nuestras organizaciones y por todas las personas que han perdido la vida en esta pandemia, quiero proponer, antes de iniciar este Congreso, que hagamos un respetuoso minuto de silencio.
…………………………………………………………………………………………
Muchas gracias.
…………………………………………………………………………………………
Decía hace unos instantes, que estamos ante un Congreso histórico, fundamentalmente, por estar demostrando un heroico compromiso en el contexto de la peor crisis sanitaria, económica, social y ambiental que ha castigado a la humanidad en la era global.
Al dolor que significa la pérdida de tantas vidas, se ha sumado una enorme incertidumbre por el devenir económico y social del Mundo y de cada uno de los países y de las regiones que lo componen.
En efecto, ha caído la actividad económica, se han perdido empleos, se han agravado la pobreza, el hambre y la desigualdad.
La pandemia ha mostrado las enormes fragilidades de la sociedad humana.
Me refiero a la fragilidad social de un mundo donde el 10 por ciento de la población se encuentra en situación de pobreza extrema. Una cifra que va en aumento, incluso en economías de ingresos medios y altos, y que por supuesto se ha visto agravada por la pandemia.
La fragilidad social de un Mundo donde siguen existiendo discriminación y violencia por motivos étnicos, culturales y sociales. Violencia que sólo lograremos superar si aprendemos a construir economía desde la cooperación, como propusimos en la Asamblea de Kigali, Ruanda, donde, junto con la convocatoria a este Congreso, nos comprometimos a construir una Agenda Cooperativa para la Paz Positiva.
Nuestra Casa Común, nuestro planeta Tierra, sufre también una notable fragilidad ambiental, que tiene vínculos directos con esta situación sanitaria tan drástica que aún estamos padeciendo.
Sequías e inundaciones, aumento en la frecuencia de las catástrofes de origen climático, incendios…. tenemos señales más que claras de que estamos frente a una situación límite en materia ambiental.
Y sabemos también que todas estas problemáticas están íntimamente ligadas entre sí, lo cual se expresa en datos como, por ejemplo, que estamos viviendo la peor crisis migratoria desde la Segunda Guerra Mundial, o que más de 120 millones de personas en situación de pobreza viven en zonas con alto riesgo de inundaciones; o que la mayoría de quienes están cayendo bajo la línea de pobreza lo hacen cada vez más en contextos de hacinamiento, en periferias urbanas carentes de condiciones dignas de hábitat.
Amigos y amigas cooperativistas de todo el Mundo, llegamos a este Congreso luego de dos años de mucho dolor, de muchas preocupaciones, de mucha incertidumbre… Han sufrido nuestras familias, han sufrido nuestros asociados, han sufrido nuestras comunidades…
¡Pero también llegamos a este Congreso con mucho orgullo!
El orgullo de haber demostrado, nuevamente, la enorme fortaleza de nuestro modelo empresarial cooperativo para enfrentar las crisis. Para dar respuestas, en los peores momentos, a las necesidades de nuestros asociados y de nuestras comunidades.
Hemos demostrado, nuevamente, la resiliencia de nuestro modelo.
Eso no es casualidad. Es producto de la fortaleza de nuestra Identidad cooperativa.
Tenemos que estar orgullosos de nuestro modelo y de nuestra identidad.
Nuevamente hemos demostrado que es posible construir empresas a partir de los valores de la solidaridad y la democracia, y que eso nos hace más eficaces para cuidar a las personas, para cuidar a nuestros asociados y a nuestra comunidad.
Esto no es nuevo. El Desarrollo Sostenible es parte de nuestro ADN desde hace muchas décadas y ha sido explícitamente incorporado a nuestros principios desde 1995.
Nosotros estamos orgullosos de contar con un modelo empresario que puede hacerse cargo del impacto social, económico y ambiental positivo en cada una de nuestras comunidades.
Estamos orgullosos de nuestro modelo de empresa, porque se ajusta cabalmente al cambio en el paradigma que debemos lograr si queremos ser sostenibles como humanidad.
Lo que debemos tener en cuenta, centralmente, es que no cualquier modelo de empresa sirve para cualquier modelo de desarrollo.
También estamos orgullosos de los 126 años de historia de la Alianza Cooperativa Internacional, una historia dedicada a construir y defender nuestra Identidad Cooperativa.
Cuando decidimos convocar a este Congreso, lo hicimos pensando que los 125 años de la ACI, y los 25 años de la Declaración de Identidad Cooperativa, que se cumplieron en el 2020, eran una excelente oportunidad para revisar y profundizar nuestra Identidad. De la misma manera que lo hicimos en los años 30, en los años 60 y en los 90 del siglo pasado.
Para comenzar el debate, fue elaborado el documento titulado “Analicemos la Identidad Cooperativa”, que fue distribuido hace algunas semanas de cara a este Congreso.
Como expresa en el Prólogo de ese documento nuestro colega Martin Lowery, este Congreso “explorará las implicaciones de la Declaración sobre la Identidad Cooperativa en el complejo entorno global actual y marcará el inicio de un examen intensivo de la Declaración”.
Es decir, el documento nos invita a iniciar el debate sobre si es necesaria una actualización de la Declaración de Identidad Cooperativa, a la luz de los 26 años transcurridos desde el Congreso de Manchester de 1995, y a la luz de todo lo que ha ocurrido en ese lapso, desde la radicalización del proceso de transformación digital, hasta la pandemia y la profundización de la desigualdad social.
Estoy muy entusiasmado por todos los debates previos que ha habido sobre nuestro Marco Identitario. Creo que hay temas que están maduros, y que podremos avanzar en un perfeccionamiento de los documentos que expresan nuestra Identidad.
Sin embargo, no debemos olvidar nunca nuestra responsabilidad de velar por los 126 años de historia de la ACI.
Tenemos la enorme responsabilidad de custodiar la Identidad de nuestras cooperativas, para lo cual cualquier modificación debe ser ampliamente revisada, debatida y deseada por los cooperativistas de todas las regiones y de todos los sectores a escala global.
Más allá de este proceso, que vamos a iniciar en este Congreso, también hay otros debates urgentes y profundos, que abordaremos en estos tres días.
En lo personal tengo dos expectativas, muy vinculadas entre sí.
En primer lugar, me gustaría que este debate contribuyera a fortalecer, en nuestras mentes y en nuestros corazones, la convicción de que hay estrecho vínculo entre la Identidad Cooperativa y Desarrollo Sostenible.
En segundo lugar, y esto está muy vinculado a lo anterior, debemos también convencernos de que la Identidad Cooperativa es una ventaja competitiva.
Sabemos que nuestras cooperativas son competitivas como resultado de la aplicación de los Principios Cooperativos, y no a pesar de los principios cooperativos.
Somos competitivos, porque nuestras empresas son controladas democráticamente por los usuarios de los servicios. Es decir, somos competitivos por aplicación del segundo principio.
Somos competitivos porque invertimos en educación cooperativa. Ponemos recursos en el desarrollo de las capacidades de nuestros dirigentes, asociados y trabajadores. Es decir, somos competitivos por aplicación del quinto principio.
Somos competitivos, también, porque cooperamos con otras cooperativas para brindar mejores servicios a nuestros asociados. Es decir, por aplicación del sexto principio.
Nuestra competitividad se construye desde la Identidad Cooperativa.
Y eso es lo que debemos mostrar para ser más competitivos.
Debemos estar orgullosos de ser empresas que cuidan el trabajo durante las crisis, y que fortalecen los derechos de los trabajadores, aún en un contexto de creciente precariedad laboral.
Debemos estar orgullosos de ser empresas capaces de liderar la transformación digital, pero poniéndola al servicio de los usuarios y de los trabajadores.
Debemos estar orgullosos de ser el modelo empresario adecuado para liderar la imprescindible transformación del sistema agroalimentario, porque nuestro modelo permite la participación activa de aquellos más comprometidos con el desarrollo social y ambientalmente sostenible: los consumidores y los productores.
Debemos estar orgullosos de ser el Modelo Empresario más adecuado para construir hábitat sostenible, para construir vivienda accesible y con suministro de energía renovable.
Por supuesto que esto no es sencillo. Lo primero que se requiere, es la decisión política de todos los miembros de la ACI. La decisión política de poner nuestra Identidad adelante, de trabajar mancomunadamente para la profundización de la Identidad Cooperativa.
Y lo segundo, es contar con la inteligencia y las propuestas adecuadas para llevar adelante este trabajo.
Entre ellas, profundizar la cooperación entre cooperativas a diferentes escalas; priorizar la capacitación y la transferencia inteligente de recursos y capacidades entre distintos territorios; tomando en nuestras manos las necesidades emergentes de innovación en términos productivos e institucionales, para seguir teniendo una ACI con raíces en los territorios, sostenida por cada uno de sus miembros, impulsada por la sinergia de la integración regional y sectorial, con fuerte participación de la juventud y con una clara participación equitativa en materia de género; para seguir avanzando en nuestros posicionamientos como actor protagónico en los debates vinculadas a la gobernanza global, mostrando nuestras ventajas diferenciales respecto de otras formas de organización de la economía y equilibrando, en cada territorio, el accionar de los mercados y de los poderes públicos.
Como indicábamos ya en nuestra Visión 2020 y ratificamos de cara a la década que está transcurriendo, estamos preparados para ser líderes reconocidos de la sostenibilidad económica, social y ambiental; estamos preparados para ser el modelo preferido por la gente; y estamos preparados para ser el tipo de organización empresarial de más rápido crecimiento hacia el año 2030.
Las cooperativas ya hemos demostrado nuestra naturaleza en esta crisis.
Ahora vamos a decirle al mundo, fuerte y claro, que tenemos el modelo empresarial más adecuado de cara a los enormes desafíos que enfrentamos como humanidad.
Eso es lo que estamos construyendo todos los días. A esa tarea vamos a contribuir en este Congreso Cooperativo Mundial.
Quiero resaltar, por cierto, que este es el primer Congreso realizado en forma híbrida en la historia de la ACI. Es un Congreso donde desarrollaremos nuevas formas de participación, con una metodología más robusta, que nos permitirá sistematizar mejor el debate, y que facilitará la construcción de consensos dentro del movimiento cooperativo global.
Y debemos estar profundamente agradecidos con todas aquellas personas, organizaciones y gobiernos que están haciendo posible este histórico trigésimo tercer Congreso Cooperativo Mundial.
Veo aquí a muchos amigos de África, de Europa, de las Américas… Muchísimas gracias a todos los que han hecho el esfuerzo de viajar, de venir a compartir estos días de forma presencial.
Y, por supuesto, a los colegas de la Región Asia-Pacífico, veo aquí a muchos amigos de esta querida región.
Quiero brindar un especial agradecimiento a nuestros anfitriones.
Al gobierno y al movimiento cooperativo de la República de Corea, muchísimas gracias por haber asumido la enorme responsabilidad de albergar este Congreso en una situación tan compleja como la que atravesamos a escala global.
Sin ustedes no hubiese sido posible.
Sabemos que ha sido enorme el esfuerzo logístico, económico e institucional para sacar adelante este sueño. Gracias a todos los hombres y mujeres de la República de Corea, gracias a la ciudad de Seúl, gracias a quienes nos reciben con tanta calidez y profesionalidad.
Quiero agradecer también a los colegas cooperativistas que están participando en forma virtual. Algunos con una diferencia de doce horas. Buenas noches a mis compañeros, vecinos de la región de las Américas. Sé que hay muchos que nos están siguiendo allí.
A quienes están haciendo el esfuerzo de seguirnos en plena madrugada, en África y en Europa. A los amigos de la Región Asia-Pacífico, que no han podido acercarse a Seúl pero que nos están siguiendo en línea, muchas gracias también.
Agradezco enormemente a todas las organizaciones sectoriales, por su constante compromiso con la integración y la participación en este Congreso. A los Comités, a la Red de Juventud, muchísimas gracias por su trabajo.
Contamos con la participación y el compromiso de cada uno de ustedes para cumplir con el objetivo y lograr el éxito de este Congreso.
Gracias también a los referentes de otras organizaciones, de la OIT, la FAO, todo el sistema de Naciones Unidas, las organizaciones de la ESS, y tantos otros que nos van a acompañar y van a jerarquizar los debates con su presencia.
Finalmente, muchas gracias a todos mis colegas del Board de la ACI. Gracias por su trabajo y por su compromiso para sacar adelante esta tarea tan compleja, que requiere construir consensos amplios con cada una de sus organizaciones.
Mi profundo respeto y eterno agradecimiento por el excelente trabajo que ha realizado a mi querido amigo y colega Martin Lowery, presidente del Comité de Identidad de la ACI y del Grupo de Trabajo preparatorio de este congreso.
Un especial agradecimiento a los moderadores y a los relatores de cada una de las sesiones plenarias y de las sesiones simultaneas. Gracias por la organización previa de cada actividad, y gracias por el trabajo que, durante y después de este Congreso, estarán realizando para construir, entre todos, las primeras conclusiones del debate.
Quiero finalmente agradecer a todo el equipo profesional de la ACI, encabezado por nuestro DG Bruno Roelants
Queridos amigos y amigas cooperativistas, estamos listos. Luego de muchos meses de aislamiento y de incertidumbre, aquí estamos, listos para dar el debate que nos permita generar los consensos necesarios para reconstruir mejor, juntos, nuestro planeta Tierra, nuestra Casa Común, como así también cada uno de nuestros territorios.
Los invito a trabajar intensamente en estos tres días para seguir profundizando nuestra Identidad y para hacer efectiva nuestra contribución a un Mundo más justo, más pacífico, más inclusivo, más democrático…»