Jornada de intercambio en Ankara, Turquía, entre la representación nacional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la ACI, que cuenta con dos organizaciones miembro en ese país, con apoyo de la Unión Europea:

«Quiero agradecer muy especialmente esta iniciativa de FAO Turquía de encontrarnos para reflexionar sobre la agenda común que tienen nuestras organizaciones.

Representa un gran honor para mí poder compartir este encuentro con ustedes y aprender de vuestra experiencia.

Es muy creativa y simbólica, la denominación que han dado a este encuentro, “Twosday” que hace referencia al hecho de habernos reunidos este día 22/2/22, como una muestra más del convencimiento y compromiso que tenemos, de llevar adelante nuestras acciones juntos, de a dos.

Como muchos de ustedes seguramente saben, desde hace algunos años, me toca presidir la Alianza Cooperativa Internacional, una organización que tiene un largo historial de trabajo a la par, codo a codo, con todo el sistema de Naciones Unidas.

Esto es y ha sido siempre así, porque hemos entendido desde el inicio que, si las cooperativas somos la expresión de la cooperación humana en el campo empresarial, entonces resulta natural nuestro diálogo con la cooperación internacional y sus organismos.

Estamos absolutamente convencidos que los grandes desafíos solo pueden enfrentarse desde la cooperación.

Así los entendieron los gobiernos del mundo cuando al finalizar la segunda guerra mundial crearon Naciones Unidas, y así lo comprendemos todos, cuando hemos decidido aunar esfuerzos para alcanzar los objetivos de Desarrollo Sostenible.

A lo largo de sus 126 años la Alianza Cooperativa Internacional ha tenido un fuerte compromiso con los esfuerzos de cooperación entre los gobiernos y los pueblos para garantizar la Paz y el Desarrollo.

En 1946 la ACI fue una activa impulsora de Naciones Unidas, y desde esa fecha integra el Consejo Económico y Social de la Organización de las Naciones Unidas (ECOSOC), siendo la primera organización no gubernamental en hacerlo.

Como parte de esta larga tradición, la ACI se encuentra fuertemente comprometida con los objetivos de la FAO, y en dicho marco me tocó firmar en el 2018 la renovación del Memorándum de Entendimiento entra nuestras organizaciones.

Creo que este encuentro nos tiene que ayudar a dinamizar y profundizar la enorme tarea común que tienen nuestras organizaciones en el marco de todo lo que se debatió el año pasado en la Cumbre Mundial de la Alimentación, convocada por Naciones Unidas.

Ahora nos toca a nos toca a nosotros, a las organizaciones de cooperación internacional como la FAO, y a la Alianza Cooperativa Internacional, colaborar con todos los cambios culturales, técnicos, económicos, sociales, que son necesarios para construir sistemas alimentarios capaces de garantizar la seguridad alimentaria, con condiciones de vida digna para todos sus participantes, asociado a una dieta saludable y accesible, y cuidadosa del medio ambiente.

Tenemos un gran desafío, que debemos encarar con inteligencia y con compromiso.

Hay dos aspectos centrales que me gustaría compartir con ustedes respecto de estos temas.

En primer lugar, debemos ser conscientes que debido a la dimensión global del problema estos temas no pueden ser solamente encarados por los gobiernos.

En la ACI estamos convencidos de que la transformación que se requiere para alcanzar el Desarrollo Sostenible exige la participación activa de toda la sociedad civil presente en cada territorio.

No es posible una transformación de esta magnitud si las organizaciones de la sociedad civil no nos comprometemos y articulamos nuestros esfuerzos con los gobiernos y los organismos de cooperación internacional.

Esto lo ha tenido siempre claro la FAO, y por eso estamos aquí, trabajando juntos.

La FAO, como organismo especializado de Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura, y la ACI, que representa a la mayor Red Global de Empresas comprometidas con el Desarrollo Sostenible y la Inclusión Social.

Una red conformada por tres millones de cooperativas, y más de mil millones de asociados en todos los continentes.

Estoy absolutamente convencido que una alianza sólida entre la cooperación internacional, y las organizaciones de la sociedad civil que apostamos por la democracia para construir economía, es clave para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Por eso es tan importante este encuentro.

El segundo aspecto que quería compartir con ustedes, es mi convencimiento de que la transformación de los Sistemas Alimentarios es un problema de tal magnitud, que excede a lo sectorial, que está más allá de sólo políticas agrícolas y que involucra a muchas más personas que solamente a los productores agropecuarios.

Todos debemos comprometernos y ser parte activa de esta transformación.

Por supuesto que las organizaciones especializadas deben jugar un rol fundamental, y por eso es que, sobre ese convencimiento, quien lleva adelante las principales acciones que en conjunto estamos realizando con la FAO es la ICAO (International Cooperative Agricultural Organization). Pero hay toda una organización que está comprometida con ese trabajo que lidera la ICAO.

En el mismo sentido, por supuesto que es central el rol de los productores agropecuarios, pero también el de los consumidores, el de los trabajadores, el de las mujeres y los jóvenes, el de las organizaciones de la comunidad y el de los gobiernos en todos los niveles.

Es necesario analizar y repensar la problemática alimentaria desde la realidad de cada comunidad, desde su ecología y con toda la potencialidad de su cultura.

Por eso creo que debemos aprovechar oportunidades como esta para comprometer, desde el sector público, a las distintas agencias de gobierno vinculadas. Desde ya, a los ministerios de agricultura, pero también aquellos vinculados con la salud, con la infraestructura, con las políticas sociales.

No alcanza con políticas dirigidas al sector agropecuario, la magnitud del desafío requiere un abordaje multidimensional.

De igual manera, los cooperativistas debemos sumar en este debate a nuestros distintos sectores.

Deben estar presentes las cooperativas agropecuarias, pero junto con ellas también las cooperativas que financian al sector, las cooperativas de electrificación rural, las cooperativas de consumo.

No es posible transformar el sistema alimentario si no existe un compromiso de toda la comunidad con el consumo saludable y ambientalmente responsable. Y para eso no alcanza con apelar a la responsabilidad individual de los consumidores.

Es necesario que las familias se organicen en cooperativas y otras formas de la Economía Social, y sean activas promotoras de circuitos locales de producción y consumo sostenible, socialmente inclusivos y ambientalmente responsables.

La alimentación no es sólo responsabilidad de los productores. Esto no sería justo ni eficaz.

Nuestra obligación como cooperativistas es incorporar en la agenda de trabajo de todas nuestras organizaciones la preocupación por el Desarrollo Sostenible.

Debemos lograr que todos seamos parte del esfuerzo. Y para eso hay un concepto clave: el territorio.

Los desafíos que enfrentamos son globales, pero las repuestas son locales y debemos construirlas desde los territorios.

Nuestro deseo, nuestra aspiración, es que el trabajo conjunto de FAO y sus estados miembros, y de la ACI, con sus organizaciones sectoriales y regionales, seamos capaces de promover el diálogo entre todas las partes interesadas en cada territorio, acercando propuestas de acciones y modelos de gobernanza que nos permitan encarar con éxito los objetivos de Desarrollo Sostenible, y los acuerdos de la Cumbre Alimentaria 2021.

Vivo en una muy pequeña población rural de Argentina. Allí nací y me formé en una comunidad muy consciente de la importancia de la naturaleza y sus recursos. Allí me formé como veterinario.

Y allí también aprendí la importancia de cooperar para responder a cada una de nuestras necesidades, para alcanzar cada una de nuestras aspiraciones.

Sé que muchos de ustedes han tenido experiencias de vida parecidas.

Saben de la tierra y del clima, conocen su geografía, saben cómo transformar los recursos en valor para su comunidad, y saben cómo cuidar esos recursos.

Estoy convencido que desde cada uno de nuestros territorios seremos capaces de construir las soluciones que la humanidad está buscando. Solo se trata de buscarlas juntos, de apelar a la cooperación, de entender que ya no se trata sólo de nuestra comunidad.

Hay, definitivamente, desafíos que son globales. Nuestra generación deberá responder frente a las venideras por todo lo que hagamos bien y lo que hagamos mal.

Los invito a no perder la oportunidad. A apostar por la cooperación, a fortalecer el diálogo en los territorios y desde allí construir las respuestas globales que nos exige este difícil momento de la historia humana.»