Con el título Reconstruir mejor juntos, en el Mes Internacional de las Cooperativas, se realizó este Foro organizado por la Unidad Administrativa Especial de Organizaciones Solidarias (UAEOS), entidad adscrita al Ministerio del Trabajo del Estado colombiano. Participación como panelista junto a los dirigentes Carlos Acero Sánchez, de Confecoop; María Eugenia Pérez, de Ascoop; y Enrique Valderrama, de Fecolfin.
«Cuando plantemos desde la Alianza Cooperativa Internacional esta consigna, lo hicimos pensando en que el movimiento cooperativo constituye la mayor red global de empresas a nivel global, con unas 3 millones de entidades y más de mil millones de miembros, en todos los continentes.
Esto nos da una potencia extraordinaria, porque realmente somos un entramado económico y social capaz de dar respuestas a crisis muy fuertes como esta que hoy estamos viviendo, pero además tenemos las herramientas para mostrar un camino de salida de la crisis.
Pensemos que nuestro modelo empresarial tiene una trayectoria de al menos 175 años por la cual puede demostrar su capacidad de crecimiento desde el punto de vista económico y, al mismo tiempo, su compromiso irrenunciable con la comunidad y con el ambiente en el cual se desenvuelve.
Somos, entonces, una red empresarial de 3 millones de organizaciones que están arraigadas en sus territorios y que si bien esos territorios son heterogéneos, porque se trata de culturas totalmente disímiles, contextos sociales, políticos y económicos de distinto tipo, en cada localidad, en cada país, en cada región donde están presentes, las cooperativas expresan una resiliencia y una capacidad de desarrollarse junto con sus comunidades que es única y que es común a todas.
Y yo creo que es única porque esas tres millones de cooperativas tienen los mismos valores y principios que las hermanan a nivel internacional, porque tienen en la ACI su Casa Común, donde se manifiesta en el mayor grado posible la integración de este modelo, y porque tienen una identidad que está basada en la puesta en acción de esos valores y principios.
Es una Identidad en la cual todos nosotros podemos reconocernos y que, incluso, hemos dejado expresada en palabras concretas en una Declaración que, como ustedes saben, fue aprobada en el Congreso Mundial realizado en Manchester, en 1995.
Hoy queremos revalorizar esa Declaración y profundizar nuestra Identidad, hoy nuestros asociados y nuestras comunidades necesitan ver más claro un horizonte hacia dónde ir, en un momento de tanto dolor y tanta incertidumbre provocadas por esta pandemia.
Por eso lanzamos esta propuesta de Reconstruir, Mejor, Juntos, con todos aquellos que porten esta Identidad Cooperativa y con todas aquellas organizaciones, empresas, líderes y ciudadanos que estén convencidos de que salir de la pandemia significa no solamente superar la cuestión sanitaria sino construir un Mundo donde predominen la solidaridad, la equidad, la democracia y la paz.
Como decía, esto no es solo tarea ni es solo el interés de los y las cooperativistas. Debemos promover la participación de la juventud, debemos ser equitativos en materia de género, debemos profundizar la perspectiva ambiental y debemos adentrarnos de lleno en la creación, gestión y distribución de nuevas tecnologías que contribuyan a que todo avance o transformación en los modos de producción y consumo conlleven una mejor calidad de vida para todos, sin dejar a nadie atrás.
Esta es la gran tarea que tenemos por delante y que yo invito a que realicemos hacia adentro y hacia afuera de cada una de nuestras organizaciones, traspasando nuestras propias fronteras y difundiendo orgullosamente nuestra Identidad Cooperativa.
Desde que comenzó la pandemia, las cooperativas están redoblando sus esfuerzos para cumplir su misión de satisfacer las necesidades y aspiraciones de sus asociados y atender las demandas de las comunidades donde están insertas.
Las cooperativas de trabajo sostienen el ingreso de muchas familias, en momentos de fuerte destrucción del empleo.
Las de salud están en el frente de batalla, atendiendo a los pacientes y cumpliendo un rol activo en la comunicación de las medidas de prevención.
Las agroalimentarias siguen produciendo los alimentos que las poblaciones necesitan.
Las financieras y las de seguros readecúan sus instrumentos para ofrecer sostén a las familias y las empresas.
Las de consumo abren nuevos canales de acceso a los bienes que la gente necesita para vivir.
Las de vivienda promueven herramientas para sostener esta situación extraordinaria de distancia social.
Las de servicios públicos continúan ofreciendo energía, agua y otros servicios aun cuando muchos hogares no pueden hacer frente al costo de esa distribución.
Las de telecomunicaciones brindan herramientas para mejorar la conectividad, que es tan vital en estos momentos…
Como decía en la intervención anterior, en cada ámbito donde se desempeñan nuestras empresas han demostrado una resiliencia que está a la altura de lo que este momento crucial exige a nivel mundial y en cada territorio donde estamos presentes.
Podría dar innumerables ejemplos, desde cooperativas que han donado equipamiento a hospitales, pasando por otras que han liberado el acceso a internet para que los estudiantes mantengan el vínculo con su escuela, hasta las que han impulsado el desarrollo de instrumentos de detección de Covid.
Hay gran cantidad de acciones en pequeñas y medianas localidades que, sumadas, totalizan una enorme contribución de nuestro sector al resto de la sociedad. Muchas de las cooperativas más grandes también han jugado papeles cruciales, tanto en la esfera de la producción como en el consumo, así también como en el financiamiento.
Esta es la contribución concreta que realizamos a la hora de sostener el tejido social y económico que ha sido tan fuertemente impactado desde diversos costados por la pandemia.
Recordemos que estamos hablando de una crisis sanitaria histórica, sumada a una crisis social, económica y ambiental que se explica por desequilibrios preexistentes que también estamos contribuyendo a resolver, generando oportunidades para que todos puedan mejorar su calidad de vida.
Es decir, nuestra contribución es, por un lado, evitar daños mayores a los ya provocados por la pandemia y, por otro, consolidar un paradigma cooperativo que lleva más de 175 años demostrando su eficiencia económica y su responsabilidad social, y que nos puede ayudar a todos a construir una salida solidaria e inclusiva de este momento tan difícil.»