Este año la Alianza Cooperativa Internacional está celebrando el 25° Aniversario de la Declaración de Identidad Cooperativa.
En el escenario actual, la identidad cooperativa es necesaria para impulsar nuestros proyectos y posicionarnos en un mundo lleno de desafíos, de incertidumbres y problemáticas que urge resolver.
Pero la identidad cooperativa no se mantiene estática e inmutable.
Las cooperativas, al estar insertas en los territorios, son la expresión viva de la auto-organización de cada comunidad.
Estoy convencido que solo cooperando podremos salir de esta enorme crisis sanitaria, económica y social.
Lo podemos hacer y lo tenemos que hacer, precisamente porque tenemos una identidad que nos permite reconocernos y actuar bajo los mismos valores y principios.
Sabemos que hay 3 millones de cooperativas en todo el mundo, con más de mil millones de miembros, que están apostando en este momento por esa salida cooperativa.
Que están produciendo bienes y brindando servicios que permitan el sostenimiento de la vida a lo largo y ancho del planeta.
En la ACI, que es la casa común de todos los cooperativistas, sabemos del gran esfuerzo que están haciendo nuestros miembros para responder a las necesidades de su comunidad, fundamentalmente en las áreas más esenciales.
Hoy el mundo está viendo la identidad cooperativa en acción, su alcance y sus potencialidades. Estamos viendo cómo los valores y principios se expresan en cada territorio, con las complejidades propias de cada escenario donde nos toca intervenir.
Y, sobre todo, estamos demostrando que un mundo más justo, más solidario y más inclusivo es posible.
Finalmente, y dado que los aniversarios nos sirven también para recordar cómo fuimos configurando nuestra identidad a lo largo del tiempo, quiero destacar que en nuestro caso ha sido el resultado de procesos participativos, abiertos y democráticos.
Hace 25 años, en Manchester, más 1200 representantes de 90 países debatimos y consensuamos la Declaración de Identidad Cooperativa.
Hoy volvemos a reflexionar sobre ella, a la luz de las enormes transformaciones globales de estas últimas décadas.
La identidad cooperativa debe ser un espejo donde mirarnos y una invitación a actuar cada vez de forma más solidaria y más integrada.
Una invitación a debatir sobre el papel que queremos jugar ante los grandes desafíos que enfrenta la humanidad.
Un mundo que necesita de la cooperación para salir adelante, no de cualquier forma, sino mejor.