Presentación en la apertura del Foro Internacional organizado por Centrosoyuz, de Rusia, bajo la consigna Consumo Cooperativo: Abriendo Oportunidades para todos en Beneficio de Todos:
«Es un gran honor para mí estar aquí, junto a ustedes, pudiendo finalmente encontrarnos cara a cara, darnos las manos, dialogar frente a frente, después de tan duros meses de aislamiento que debimos afrontar.
Es cierto que la pandemia no ha terminado, y todavía nos encontramos ante un escenario difícil, tanto en términos sanitarios como por el impacto económico y social del coronavirus.
Todos nosotros, nuestras familias, nuestras empresas, nuestras comunidades, han sido afectadas en mayor o menor medida por esta crisis que atravesamos a escala global y que nos pone en la necesidad de encontrar un camino cooperativo, un camino que nos haga salir de esta crisis mejores de lo que entramos a ella.
Como otras veces en la historia, la humanidad necesita un faro que ilumine ese camino para superar la incertidumbre, el dolor y las pérdidas –tanto humanas como materiales- que dejan eventos tan dramáticos como lo es la pandemia del Covid-19.
En este escenario, las cooperativas debemos actuar con la responsabilidad histórica de ser la mayor red global de empresas constituidas a partir de una Identidad basada en valores y principios comunes.
Una Identidad forjada desde hace casi dos siglos, que le ha permitido a este modelo empresarial desarrollarse a lo largo y ancho del planeta, sobrepasando dos guerras mundiales, regímenes políticos y económicos de todo tipo e innumerables catástrofes ambientales.
Esa Identidad Cooperativa, que hoy queremos profundizar, es la que nos mantiene en pie y nos permite seguir creciendo, llegando a ser más de mil millones de miembros los que formamos parte de 3 millones de cooperativas en todos los continentes.
Es así que como la resiliencia de este modelo se pone en juego, una vez más, en estos tiempos tan complejos, y nos alientan a hacer la invitación hacia adentro y hacia afuera de nuestro movimiento, para reconstruir, mejor, juntos, este Mundo impactado por la pandemia y por múltiples desafíos sociales, económicos y ambientales que urge resolver.
Sin dudas, los desafíos son globales, pero la manera de resolverlos ha de provenir desde cada territorio donde las cooperativas estamos presentes.
Porque no solamente enunciamos valores y principios sino que sabemos ponerlos en acción.
Esto significa que las cooperativas actuamos impulsadas por la participación de cada uno de nuestros miembros, en cada uno de nuestros territorios.
Significa que nos comprometemos con cada comunidad donde estamos insertas y que, saliendo más allá de nuestras fronteras, podemos responder a las demandas emergentes en un Mundo que cambia de forma vertiginosa y cuyos desafíos se actualizan permanentemente.
Es por eso que nuestra Identidad no puede ser un ancla que nos mantiene estáticos, sino un motor que nos ayude a avanzar cada vez más en ese compromiso con la realidad que nos rodea y a servir de herramienta para responder a las necesidades que existen a nuestro alrededor.
Esa es la propuesta que estamos realizando desde la Alianza Cooperativa Internacional y que los invitamos a abordar juntos, en el próximo Congreso Cooperativo Mundial, a desarrollarse del 1 al 3 de diciembre el Seúl, República de Corea.
Allí trataremos muchas de las inquietudes que se plantean en este foro, puntualmente lo relacionado con la organización cooperativa del consumo y las ventajas que de allí se derivan para los consumidores como para quienes producen.
En efecto, el fortalecimiento de las redes productivas y comerciales de base cooperativa, la digitalización de los procesos económicos, la educación y la participación de la juventud, son algunos de los temas trascendentales que queremos trabajar desde la ACI junto a cada uno de ustedes.
La valiosísima trayectoria de Centrosoyuz en Rusia, sumada a su histórico compromiso internacional expresado con la membresía a la ACI ya en 1903, hace de este un actor fundamental para poder enriquecer estos debates y aportar a una perspectiva de salida hacia adelante.
Podemos y debemos construir cadenas de valor éticas a nivel global, integrando los esfuerzos locales, nacionales y regionales que cada uno de ustedes realizan, fortaleciendo de ese modo el trabajo de cada miembro, y contribuyendo a recuperar y a mejorar la calidad de vida de productores y consumidores, en áreas rurales y urbanas de cada país, y de cada continente.
Podemos y debemos hacer nuestro aporte para cuidar el ambiente, para mejorar el hábitat, para promover la equidad de género, para democratizar las finanzas y para que las nuevas tecnologías estén al servicio de una economía cooperativa, que genere trabajo decente y oportunidades de desarrollo para todas las personas, sin dejar a nadie atrás.
Podemos y debemos, también, profundizar nuestros esfuerzos para educar, difundir y compartir nuestra Identidad Cooperativa en todos los ámbitos de la cultura que sea posible, contribuyendo de ese modo a aliviar las tensiones sociales que puedan existir en nuestros territorios.
Estos objetivos, de índole material y espiritual, se desprenden de nuestra propia Identidad Cooperativa y nos ponen en condiciones de proponer al Mundo una paz positiva, una paz basada en el progreso material equitativo en cada una de nuestras comunidades y a escala global, y en la afirmación de una cultura de la cooperación, donde el diálogo y la participación democrática sean más importantes que el egoísmo y la competencia.
Desde ya, no podemos ni debemos hacerlo solos. Necesitamos involucrar en esta empresa a distintos actores económicos, sociales y políticos que dispongan también de herramientas para la construcción de un Mundo verdaderamente sostenible.
Por eso les pedimos a los gobiernos que tomen en cuenta las capacidades y las ventajas competitivas del modelo cooperativo, y que elaboren políticas y marcos normativos adecuados para su fortalecimiento.
Del mismo modo, estamos trabajando junto con varios organismos del sistema de Naciones Unidas para dejar claro que el desarrollo sostenible requiere precisamente de modelos como este, que priorizan a la persona humana y al ambiente y que están orientados centralmente a la búsqueda del bien común.
Estos son los desafíos que nos deparan estos tiempos complejos que estamos viviendo.
Estoy seguro de que, juntos, podremos afrontarlos y superarlos.
Porque ya lo hemos hecho.
Nuestro movimiento acumula una muy rica historia, cuenta con un valioso presente y es capaz de proyectar un mejor futuro para todos.
Gracias por haberme invitado a compartir este encuentro con ustedes, me entusiasma muchísimo escuchar sus propuestas, sus ideas y sus inquietudes y estoy seguro de que estas jornadas nos van a permitir seguir fortaleciendo a nuestro movimiento cooperativo a nivel nacional, regional y global.»