Mensaje a los miembros de la Región y participación en los workshops previos sobre Educación y Cambio Climático.
«Siento una enorme satisfacción como presidente de la ACI cada vez
que las regiones se reúnen y confluyen hacia puntos en común que
les permiten seguir fortaleciendo a nuestro modelo dentro de cada
país, dentro de cada región y a escala mundial.
Por eso, en la víspera de la Asamblea que van a realizar el día de
mañana, celebro esta oportunidad de encontrarnos, intercambiar
visiones y acordar propuestas que nos ayuden a posicionar cada
vez más a las cooperativas como el camino más rápido y eficaz
para construir un mundo justo, democrático y sostenible.
En efecto, enfrentamos como humanidad serios desafíos a escala
global, y necesitamos en estos momentos reafirmar el valor de la
cooperación como vía hacia la paz, hacia una economía justa,
solidaria, que permita a cada comunidad desarrollarse en armonía
con el ambiente y que garantice la vida digna a sus actuales
integrantes y también a las próximas generaciones.
Podemos decir, y Europa puede decir quizá antes que cualquier
otra región, que esta forma de hacer economía tiene dos siglos de
probada trayectoria.
Esta región ha sido pionera en la teoría y en la práctica de modelos
cooperativos sostenibles en el tiempo y ha irrigado hacia otras
regiones, como lo sigue haciendo, las ventajas de esos modelos.
Puedo dar fe, viniendo desde el país más austral, que las corrientes
migratorias europeas han enriquecido las prácticas comunitarias y
los criterios de reciprocidad que ya existían en pueblos nativos ,por
caso, en Sudamérica, pero podríamos decir lo miso de otras
regiones del planeta, y que esa mixtura nos ha permitido echar las
raíces de modelos cooperativos fuertes, auténticos y vigentes en
cada rincón de la Tierra.
Esto nos permite ser hoy, insisto, un modelo con probada
trayectoria, basado en principios y valores que nos hermanan a
escala global y que centra cada una de sus acciones en las
personas y el ambiente.
Es por eso que las cooperativas somos capaces de incluir a las
personas, de unir en empresas comunes a la diversidad del género
humano, de crear riqueza, de agregar valor en el origen de cada
proceso productivo, de formar cadena de valor éticas y de distribuir
los frutos de la actividad económica sin dejar a nadie afuera y sin
dejar a nadie atrás.
Sin dudas, el mayor desafío que tenemos hoy es arraigarnos en esa
Identidad que nos distingue desde hace tantas décadas y
posicionarnos ante los contextos cambiantes, complejos y
dinámicos que enfrentamos día a día en materia social, económica,
cultural y ambiental.
Creo que en, en ese sentido, debemos valernos de todo lo que
hemos construido juntos hasta ahora, reconocernos en la dimensión
que nos están otorgando las declaraciones de organismos
internacionales como las Naciones Unidas, la OIT, la FAO o la
OCDE, y nutrirnos fundamentalmente de la vivencia de los
asociados a cada cooperativa, de nuestra propia experiencia como
cooperativistas que trabajamos, producimos, consumimos,
ahorramos, invertimos, nos aseguramos, nos educamos… eligiendo
y ratificando diariamente esta manera de hacer las cosas.
Por eso valoro especialmente este encuentro y esta posibilidad de
intercambiar ideas cara a cara, de ejercitar la democracia intrínseca
a nuestras organizaciones no solamente en lo relativo a cuestiones
formales que integran el temario de la asamblea sino también en la
medida que podemos abrir las puertas a los debates que nos urge
abordar como movimiento y que no podemos ni queremos hacer
solos.
Coops Europe viene haciendo un gran trabajo en ese sentido,
vinculando al cooperativismo -nuevamente, desde la teoría y desde
la práctica- con el ámbito académico, con las universidades y
centros de investigación, con otras entidades de la economía
solidaria, con las representaciones gubernamentales a niveles
nacional y regional…
Y de ese modo está logrando fortalecer cada vez más no solo al
cooperativismo europeo sino al cooperativismo a nivel mundial, que
tiene su Casa Común en la Alianza Cooperativa Internacional y que
descansa en la membresía de mil millones de asociados a tres
millones de cooperativas en todos los continentes.
La educación y la cuestión climática son dos temas cruciales de
esta la agenda que debemos abordar y que nos va a permitir seguir
siendo un movimiento que perdure en el tiempo y sobre todo que
sirva a cada comunidad para desarrollarse de manera equilibrada,
pacífica, inclusiva y sostenible.
Celebro nuevamente la posibilidad que nos da Coops Europe de
trabajar sobre estos temas, de abrir debates que nos enriquecen
como movimiento y de aportar desde esta región a la consolidación
de un paradigma cooperativo que nos permita a todos seguir
avanzando hacia el Mundo que queremos y que nos merecemos.»