Estoy convencido que el movimiento cooperativo a nivel global, necesita de una Alianza más cerca de sus miembros, que pueda entender mejor sus necesidades y comprender mejor cuáles son sus objetivos y proyectos futuros, y que sobre la base de ese mejor entendimiento pueda colaborar con cada uno de ellos, facilitando su tarea, acompañándolos tanto en los momentos de crecimiento como en los momentos difíciles.
Pero también necesitamos de una Alianza que se relacione mejor con el resto del mundo, tanto las organizaciones civiles de nuestra sociedad, como las instituciones que la representan a nivel global, los gobiernos y las organizaciones intergubernamentales.
Una Alianza con mayor poder de incidencia en los ámbitos donde se toman las decisiones importantes a nivel global, decisiones que tienen directa implicancia en la vida de cada una de nuestras cooperativas, en cada uno de nosotros.
Una Alianza que pueda colocarse en el centro de los debates clave que se están produciendo en el mundo de hoy (empleo, medioambiente, género, desigualdades, paz). Hay todavía una distancia importante entre lo que el cooperativismo contribuye concretamente y la marginalidad en el cual todavía se encuentra en el debate de ideas.
Y finalmente se necesita una Alianza que pueda colaborar con sus miembros en la concreción de negocios y todo tipo de intercambio y agrupación empresarial, dentro y fuera del movimiento. Que puedan colaborar en crear las condiciones necesarias para que las cooperativas puedan mejorar los estándares de calidad de sus productos o servicios de modo de competir en el mercado mundial, que puedan hacer más y mejores negocios, y beneficiar de ese modo a sus asociados y a la sociedad en general.
Las cooperativas somos empresas que tienen la doble función de ser por un lado económicamente viables, de competir en el mercado y hacerlo igual o mejor que las empresas que buscan la rentabilidad como fin último. Y por el otro lado, ser socialmente responsables, ayudando
con nuestras acciones a mejorar la calidad de vida de nuestros asociados y fieles a nuestro principio de compromiso con la comunidad, de toda la sociedad en general.
Como lo he hecho desde mis inicios en el movimiento cooperativo, trabajaré con compromiso y con fuerza. Entendiendo que todo liderazgo es una construcción colectiva, y que debe ser por lo tanto dirigido en forma colectiva. Estoy absolutamente convencido que la fuerza inspiradora de los principios y valores cooperativos es la base para concretar nuestros objetivos.
Tenemos por delante, la enorme oportunidad de contribuir significativamente en la construcción de una sociedad más justa, más inclusiva, más pacífica. En definitiva en la construcción de ese Mundo Mejor que nos confiara Naciones Unidas en el año 2012.
¡Los invito a que me acompañen en este enorme desafío!
¡Los invito a que nos sintamos felices y afortunados por ser parte de este maravilloso desafío!