Participación a distancia en el evento paralelo sobre Cooperativas en el Mondiacult 2022 organizado por la Unesco:
«¡Qué gusto encontrarme aquí con dos colegas y líderes en cada una de estas
regiones de la Alianza Cooperativa Internacional!
Una Alianza Cooperativa Internacional que se siente hoy privilegiada de representar
a un movimiento cuya larga y rica trayectoria ha sido reconocida por la Unesco ni
más ni menos que incluyendo la idea y práctica cooperativa en la Lista
Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
En esa apuesta que hicieron los colegas alemanes de Raiffeisen y Schulze-Delitzsch,
y que generosamente recayó sobre todo el movimiento cooperativo a nivel global,
queda claro que nuestro modelo de organización es un patrimonio que sirve a la
consecución de un desarrollo sostenible para toda la humanidad.
Entre otros fundamentos, se ubica a las cooperativas como actores económicos que
crean oportunidades de empleo, medios de subsistencia y generación de ingresos;
como empresas centradas en las personas con objetivos sociales, que contribuyen a
la equidad y a la justicia social; y como instituciones democráticas, controladas por
sus miembros, que posibilitan a las personas un protagonismo en la sociedad y en
las comunidades locales.
En nuestro 33° Congreso Cooperativo Mundial, que realizamos el año pasado en
Seúl, hemos dedicado una sesión a abordar exclusivamente la cuestión de la cultura
en nuestro movimiento y de cómo nuestro movimiento, y puntualmente nuestra
Identidad como cooperativistas, está fuertemente vinculada a esta capacidad de
poner las ideas y prácticas cooperativas al servicio del resguardo del patrimonio
intangible de la humanidad.
¡Y cómo esas ideas y prácticas cooperativas justifican en sí mismo ser reconocidas
como patrimonio cultural intangible de la humanidad!
Este es un tema central en la agenda de la Alianza Cooperativa Internacional y es
también una oportunidad que tenemos como movimiento para seguir profundizando
nuestra Identidad Cooperativa.
Quisiera decir también que hay una vasta experiencia acumulada en la gestión
cooperativa de distintos elementos que hacen a la cultura de cada localidad, de
cada pueblo, de cada nación.
Si me permiten, quisiera compartir un caso que conozco en primera persona. En mi
país, el movimiento cooperativo en conjunto con el Gobierno viene impulsando la
formalización de muchos grupos cooperativos en el ámbito de la cultura.
En este acercamiento al sector de la cultura encontramos que ya en 1933 una
cooperativa declaró una actividad cultural como su actividad económica principal.
Hoy hay relevadas unas 800 cooperativas de este tipo, de las cuales casi 300
fueron registradas formalmente en el último año.
Esto permitirá que accedan a herramientas de apoyo por parte del Estado y del
propio sector cooperativo, que las reconoce como un emergente clave para la
difusión no solo de la cultura local sino de la propia Identidad Cooperativa que
estos grupos llevan inscrita en su ADN.
Finalmente, quiero destacar que entre los principios que constituyen esa Identidad
Cooperativa, nos hemos dado el mandato de educar, formar e informar a nuestros
socios y socias a la comunidad en general sobre el valor de la cooperación para
lograr un Mundo que sea sostenible.
En ese sentido, estamos a la expectativa de fortalecer nuestros vínculos con
organismos internacionales como es la Unesco, que a partir de este reconocimiento
dado en 2016 a la cooperación puede ayudarnos también a incorporar nuestros
principios y valores en distintos niveles del sistema educativo y a difundir entre las
nuevas generaciones la posibilidad de construir una economía desde la democracia
y la ayuda mutua.
Siempre decimos que el movimiento cooperativo representa a la mayor red global
de empresas arraigadas en cada territorio, hermanadas a escala global por una
Identidad única, una Identidad basada en valores y principios que distinguen a este
modelo empresarial y que lo orientan centralmente al bien común.
Pero el movimiento cooperativo también es la demostración de cómo la enorme
diversidad del género humano puede convivir fraternalmente y satisfacer sus
necesidades económicas, sociales y culturales sin dejar a nadie afuera y sin dejar a
nadie atrás.
Por eso nos animamos a proponerle al mundo un modelo capaz de hacer crecer las
economías, de distribuir con equidad las oportunidades de bienestar para todas las
personas y al mismo tiempo de garantiza una paz positiva, una paz que sea
resultado de la armonía estructural propia de una matriz de relaciones sociales,
económicas y culturales basadas en la equidad, la democracia y la ayuda mutua,
entre otros pilares.
Y seguramente este tipo de experiencias y demostraciones de que a través de la
cooperación se puede resguardar lo más valioso que tenemos como humanidad en
nuestra relación con los territorios donde habitamos, con el ambiente que nos
rodea y con los otros pueblos y naciones con los cuales convivimos, es lo que valió
en 2016 la declaración de las cooperativas propiamente como Patrimonio Cultural
Inmaterial de la Humanidad.
Queridos amigos y amigas cooperativistas, celebro muchísimo este encuentro y
valoro que el cooperativismo sea puesto en valor en esta conferencia mundial
convocada por UNESCO.
Agradezco a quienes han trabajado en esta convocatoria, al gobierno de México en
su calidad de anfitrión, a quienes están conectados desde América, Europa y otras
partes del Mundo… y les dejo a todos y a todas un fuerte abrazo cooperativo.»