Conferencia de cierre en los II Encuentros Cooperativos organizados por la Asociación de Empresas de Economía Social (ANEL) y Cooperativas Agroalimentarias de Navarra, España.
«Sin dudas, el cooperativismo en esta región tiene una enorme incidencia dentro de vuestro territorio y tiene también una enorme proyección más allá de sus fronteras.
Esto no es casualidad.
La trayectoria económica y social de vuestras comunidades está impregnada por los Valores y Principios del Cooperativismo, tanto en ámbitos urbanos como rurales.
Sé que, durante el año pasado, en plena pandemia, fueron constituidas aquí 62 nuevas cooperativas y sociedades laborales, lo cual, como ha dicho Ignacio (Ugalde, presidente de ANEL), habla de la vigencia de la Economía Social como un modelo de gestión eficiente y centrado en las personas.
Un modelo que permite precisamente a las personas asociarse y a las comunidades ser activas protagonistas de las necesidades emergentes en ámbitos como las energías renovables, la digitalización y servicios on line, la terapia ocupacional, la reorientación de la actividad cultural y la atención de personas con necesidades especiales, entre otros.
Este modelo está siendo clave, también, para resolver las dificultades de inserción laboral de los jóvenes, para superar las desigualdades de género en ámbitos laborales y para dar continuidad a empresas de capital cuya continuidad está amenazada por la jubilación de sus dueños o por otros factores.
En definitiva, la resiliencia probada de este modelo ante las crisis, sumada a su capacidad de innovar y de responder a las demandas emergentes de nuestras sociedades, vuelve factible aquello que desde la Alianza Cooperativa Internacional ratificamos como Visión en nuestro Plan para la Próxima Década Cooperativa: ser el modelo empresarial de más rápido crecimiento, ser el modelo preferido por la gente y ser el modelo que lidere el proceso de sostenibilidad social, económica y ambiental hacia 2030.
En un escenario global sumamente complejo, saliendo aun de una crisis sanitaria sin precedentes, con millones de seres humanos excluidos, una progresiva degradación ambiental y situaciones de conflicto latentes en distintos lugares del planeta, nuestro papel se vuelve fundamental.
Somos la mayor red global de empresas constituidas desde los territorios, con valores y principios que nos hermanan y que nos dan una Identidad única a nivel global.
Esa red, integrada por más de mil millones de miembros pertenecientes a más de tres millones de cooperativas, en todos los continentes, oficia sin dudas como una malla de contención en momentos de incertidumbre y es, al mismo tiempo, una plataforma desde la cual proyectar un futuro centrado en las personas y el ambiente, un futuro donde nadie quede afuera, donde nadie quede atrás.
Esa perspectiva de futuro, que hoy queremos consolidar profundizando nuestra Identidad Cooperativa, está arraigada en una sólida historia de casi dos siglos.
La Alianza Cooperativa Internacional ha estado presente en buena parte de esa historia. Hoy, con 126 años de trayectoria, es la Casa que alberga a más de 320 entidades de 112 países.
La ACI fue la primera organización no gubernamental a quien las Naciones Unidas acordó estatus consultivo y es una de las 41 organizaciones que figuran en la Categoría I de la lista de organizaciones que gozan de estatus consultivo ante el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas.
Los acuerdos firmados con la Organización Internacional del Trabajo, la OIT, y con la Organización para la Alimentación y la Agricultura, la FAO, entre otros, nos posicionan como un actor con clara incidencia en los debates globales.
Al mismo tiempo, estamos convencidos de que los grandes desafíos que atravesamos como humanidad hemos de resolverlos cooperando en cada territorio, impulsando empresas donde las personas y el ambiente sigan siendo el centro.
Desde cada localidad, desde cada región, desde cada comunidad, se erigen los pilares que sostienen a este movimiento con alcance mundial.
Por eso celebro el esfuerzo de ANEL, junto a las Cooperativas Agroalimentarias de Navarra, por seguir trabajando en pos de la integración de nuestro sector.
Celebro también el compromiso del Gobierno de Navarra para fomentar y apoyar a este tipo de empresas, que dan soluciones reales a las necesidades de la gente.
El segundo Plan Integral de Economía Social, que han aprobado hace algunos días también con la participación de CEPES, es un notorio fruto de esta alianza estratégica público-privada tan necesaria para el desarrollo del cooperativismo en cada región, a nivel europeo y a escala global.
La participación del cooperativismo en el servicio de Empleo es otra muestra del valor que tienen nuestras organizaciones en la elaboración y ejecución de políticas públicas.
Estimados amigos y amigas del cooperativismo navarro, tienen ustedes sobrados elementos para ser referentes en Europa y, por qué no, en el Mundo.
Los invito a seguir contribuyendo al fortalecimiento de nuestro movimiento.
Los invito a aportar su vasta trayectoria, su promisorio presente y su mirada hacia adelante para continuar profundizando nuestra Identidad Cooperativa y Reconstruir, Mejor, Juntos, este Mundo golpeado por diversas crisis y al cual queremos transformar, para hacer un Mundo más solidario, más justo, más cooperativo.»