Presentación en el acto inaugural del Congreso Internacional de Economía Social y Solidaria organizado por los ministerios de Industria y de Educación de la Provincia de Córdoba, en el que también hablaron los respectivos ministros, Eduardo Accastello y Walter Grahovac, y el presidente del Inaes, Alexandre Roig.
«Cuando en el siglo XXI decimos transformación, nos referimos a algo muy concreto y urgente: transformación de la forma en que producimos y consumimos para que nuestra civilización sea sostenible.
Ese es el diagnóstico que fundamenta la Agenda 2030 de Naciones Unidas: si seguimos así, nuestra civilización no es sostenible.
Y esa transformación, hacia la sosteniblidad, se hace desde el territorio. No alcanza con cambiar el funcionamiento del Estado, ni con cambiar la gobernanza mundial. Hay que cambiar nuestra forma de trabajar, de cuidarnos, de vivir, en cada territorio.
Los desafíos son globales pero las repuestas son locales. Esto puede parecer una contradicción, pero la contradicción se resuelve si construimos redes de cooperación.
Por eso, nuevamente gracias al Gobierno de Córdoba por esta contribución al fortalecimiento de redes de cooperación entre las organizaciones de la economía social, los gobiernos, universidades y otros actores para construir caminos hacia el desarrollo sostenible.
Hoy me toca hablar desde la Alianza Cooperativa Internacional, una organización que acaba de cumplir 125 años, y que está integrada por cooperativas de 112 países del mundo.
Desde allí nuestro objetivo central es fortalecer nuestra red, que integrada por las tres millones de cooperativas existentes el mundo, y sus más de 1000 millones de asociadas y asociados.
Es la mayor red empresarial del mundo, con el agregado de que son todas empresas construidas a partir de un sistema de valores.
Cada cooperativa construyendo desarrollo sostenible en su localidad es nuestro sueño. Trabajando codo a codo con los gobiernos, las universidades, el resto de los actores de la economía social y solidaria. Ese es nuestro sueño.
Es un sueño que compartimos con muchos de los cooperativistas de distintos lugares del mundo que están participando de este Congreso, a quienes saludo con mucha alegría, y los invito a aprovechar esta oportunidad para seguir contribuyendo al fortalecimiento de las redes de cooperación internacional.
Sé que entre nosotros hay docentes, hay universitarios y hay miembros de cooperativas escolares. A ellos quiero decirles que la transformación hacia el desarrollo sostenible es una batalla cultural, y que en esa batalla cultural la educación cooperativa tiene mucho para decir.
El desafío es transmitir a cada niño, a cada joven, a cada mujer y hombre de nuestra comunidad, dos convicciones. En primer lugar, la convicción de que es posible construir economía desde la democracia, la ayuda mutua, la solidaridad y la igualdad.
Estoy seguro que de muchas de las experiencias que vamos a escuchar en este Congreso nos van a servir para abonar esa convicción
La otra convicción que debemos transmitir desde la educación cooperativa, a toda la comunidad, y a todos los gobiernos, es que no hay desarrollo sostenible sin economía social y solidaria. Si queremos desarrollo sostenible, tenemos que tener empresas democráticamente organizadas a partir de las necesidades de las personas.
La transformación hacia el desarrollo sostenible no es posible sin la transformación del modelo de empresa con el que producimos, consumimos, brindamos servicios y nos cuidados.
La necesidad de fortalecer la economía social y solidaria como camino indispensable hacia el desarrollo sostenible es una convicción cada vez mayor en casi todas las fuerzas políticas.
Soy testigo de ello, a partir del intenso intercambio con todo tipo de realidades sociales, políticas y culturales que me ha permitido mi rol de presidente de la ACI en estos cuatro años.
Creo que, desde esa convicción, las cooperativas pueden hacer un gran aporte a la unidad de los cordobeses, de los argentinos y de todos los pueblos del mundo. La unidad que se logra a partir centrar nuestros esfuerzos en solucionar nuestros problemas comunes, que es lo que sabemos hacer las cooperativas.
Las cooperativas nos constituimos para eso, más allá de diferencias políticas o ideológicas, nos juntamos para solucionar los problemas comunes. Y hoy nuestro problema común es global: la transformación hacia el desarrollo sostenible. Creo que nuestra generación estará a la altura de sus desafíos. Vamos a poder avanzar hacia el desarrollo sostenible, y lo vamos hacer a partir de una revisión profunda de cómo nos organizamos para construir economía.
Estoy seguro también que este Congreso contribuirá a fortalecer entre todos nosotros está convicción sobre la importancia de trabajar por el desarrollo sostenible de nuestras localidades, en clave de economía solidaria, y con el norte puesto en la cooperación internacional.»